miércoles, 22 de septiembre de 2021

"Si somos libres"

 

"Si somos libres

Flori había escrito en su cuaderno las palabras del gran Padre de la Patria: “Si somos libres, todo nos sobra”. - ¿Qué quiere decir mami? – espetó sin pausa. Y yo, ante su mirada expectante me quedé sin palabras, por un momento titubee, sí, titubee, hasta que al final respondí: - ¿Puedo contestarte en un ratito? - respondí sin más.

La libertad aquella que me habían enseñado en mi niñez se desmoronaba como quien tumba de una patada una pila de ladrillos, imágenes desordenadas surcaban raudamente mi mente, nada tenían que ver con la paloma blanca, ni la rama de olivo o laurel, era algo más, era elegir entre un caramelo y un chocolate, una zapatilla de marca o una trucha, una madre que puede escoger entre acompañar a sus hijos a la escuela o ir a mendigar a las calles, el de hacer largas colas por una limosna o trabajar dignamente por el plato de comida.

Es habitual escuchar: “Soy libre para hacer lo que yo quiero” pensamiento que favorece en el hombre la libertad física e irracional dominado por impulsos ciegos del instinto animal, la libertad es más que eso, no nos da licencia para obrar maliciosamente sino para proporcionarnos la gloria de hacer el bien., recordé también los versos de Hernández en “Martín Fierro”: Viene el hombre ciego al mundo/cuartiandolo la esperanza/y a poco andar ya lo alcanzan/las desgracias a empujones/!Jué pucha!que trae liciones/!el tiempo con sus mudanzas!.

Esto me recordó la esclavitud que proporciona el alcohol, las drogas, la violencia. En fin.

Todas estas figuras iluminaron mi sentido. Llamé a mi hija -¡Flori, Flori! Ya tengo la respuesta: la verdadera libertad arranca desde el amor, un acto libre proyecta tu personalidad al infinito pues si haces lo que debes hacer a la luz de la recta razón serás feliz, cuando no necesites sacudirte el peso del trabajo sino cuando lo lleves voluntariamente obtendrás la verdadera libertad. ¡Ah! Una cosa más expresé, no olvides nunca, pero nunca, que tienes la libertad de llevar cadenas si tú quieres, ya que, una cadena de oro es, al fin de cuentas, una cadena que también te esclaviza.

 

Graciela Pellegrino

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